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El dolor de rodilla es una de las principales causas de consulta médica. La articulación de la rodilla al soportar la carga del cuerpo es susceptible a las lesiones. Sobre todo, se suele dañar por un gesto forzado, un traumatismo directo o por el sobreuso de la articulación. Estas causas suelen provocar lesiones de diferentes tejidos y gravedad. Las lesiones menos graves de rodilla suelen responder bien a un tratamiento conservador, en cambio, en el caso de lesiones graves se recomienda la cirugía.
Para realizar un tratamiento conservador de éxito es imprescindible un diagnóstico preciso y correcto. El diagnóstico en el caso de la rodilla se complica, ya que la sintomatología de las lesiones algunas veces suele ser muy parecida y otras veces las pruebas de imagen no consiguen dar la información necesaria para realizar un diagnóstico certero.
Para realizar un tratamiento conservador de éxito es imprescindible un diagnóstico preciso y correcto. El diagnóstico en el caso de la rodilla se complica, ya que la sintomatología de las lesiones algunas veces suele ser muy parecida y otras veces las pruebas de imagen no consiguen dar la información necesaria para realizar un diagnóstico certero. Es por ello que te recomendamos emplear nuestra IA para evaluar tus síntomas.
Las lesiones de rodilla son difíciles de distinguir, por ello, los profesionales sanitarios se guían mucho del cuadro clínico que presenta el paciente y la zona de dolor exacta. Dependiendo de la zona de dolor se pueden descartar unas lesiones y otras cogen fuerza.
En la parte anterior de la rodilla podemos delimitar tres zonas. La parte superior de la rodilla, la parte medial justo a la altura de la rótula y la parte inferior. En la parte superior de la rodilla por su anatomía suele presentarse una afectación del tendón del cuádriceps, principalmente una tendinopatía. En la parte medial se encuentran las lesiones relacionadas con la rotula como una condromalacia, una luxación o una bursitis de la bursa situada a la altura de la rótula. En la parte inferior de la rodilla se ubican las tendinopatías rotulianas y las hoffitis y en el caso de los niños (11-15 años) la enfermedad de Osgood Schlatter.
En ambos lados de la rodilla, tanto en la parte interna como externa principalmente se presentan las lesiones relacionadas con los ligamentos y los meniscos. Pero existe en la parte interna de la rodilla una afectación del tendón denominada tendinopatía de la pata de ganso que es la afectación de los tres tendones que se insertan en la cara medial de la rodilla. Asimismo, en la parte externa se caracteriza el síndrome de la cintilla iliotibial que es la inflamación de la cintilla que recorre la parte externa de la rodilla.
Por último, en la zona posterior si existe la presencia de un bulto se sospechará del Quiste de Baker, en cambio, si el dolor es progresivo, empeora con los cambios de tiempo y la persona que lo presenta es de 3ª edad se sospechará de una artritis o artrosis.
Los dolores de rodilla se pueden clasificar dependiendo del tejido dañado.
La articulación de la rodilla es la unión de dos huesos, el fémur en la parte proximal y la tibia en la distal. Dispone asimismo de un pequeño hueso llamado rotula que se articula con la parte distal del fémur. El lugar donde se unen estos huesos esta recubierto por una capa denominada cartílago que es el encargado de procurar que el deslizamiento entre los huesos no dañe los mismos.
Asimismo, entre el fémur y la tibia existen unos discos con forma semilunar denominados meniscos, los cuales distribuyen y amortiguan la carga que sufre la articulación de la rodilla. Los huesos de la rodilla están unidos entre si mediante ligamentos y para que la rodilla pueda realizar su movimiento hay una serie de tendones que ayudan a flexionar y extender la rodilla. Para que el deslizamiento de los tendones y los huesos no dañe las estructuras adyacentes existen unas bolsas llenas de liquido sinovial conocidas como bursas. Además, todo esto está recubierto por una capsula articular que da protección a la articulación.
En cuanto a las lesiones relacionados con los huesos principalmente encontramos fracturas o fisuras. En el caso del fémur y la tibia puede haber fracturas con desplazamiento o sin desplazamiento. En el caso de la rótula además de las fracturas y fisuras puede existir una luxación de la rótula.
En relación a las lesiones del cartílago la principal lesión es la degeneración del cartílago, más conocida como artrosis de rodilla o gonartrosis. Cuando el cartílago afectado es de la rótula se conoce como condromalacia.
Los meniscos por su función de distribuir la carga y aguantar los impactos de la rodilla suelen romperse o desgarrarse provocando roturas de diferentes tipos.
En cuanto a los ligamentos en el caso de la rodilla son dos las lesiones más prevalentes, por un lado, los esguinces sobre todo del ligamento lateral interno. Por otro lado, las roturas del ligamento siendo el más conocido la rotura del ligamento cruzado anterior.
Los tendones que se insertan en la rodilla suelen presentar como la lesión más prevalente la tendinopatía. También pueden existir roturas y otras lesiones, pero la tendinopatía es la más conocida y frecuente.
En relación a las bursas situadas en la rodilla, estas se suelen inflamar por un sobreuso de la rodilla provocando una bursitis.
Por último, la cápsula articular puede sufrir una distensión al realizar un gesto forzado o recibir un golpe directo provocando un desplazamiento inusual de la rodilla.
Las tendinitis o tendinopatías de rodilla son una de las lesiones más comunes tanto en el ámbito deportivo como en el no deportivo. Suelen producirse por sobreuso de la articulación al realizar actividades repetitivas o por una mala técnica la cual hace que unos músculos trabajen más que otros. Cuando el músculo se sobrecarga produce una tensión excesiva en el tendón el cual provoca una inflamación y posterior degeneración del mismo. En el caso de la rodilla son tres las principales tendinitis o tendinopatías. Si el dolor se presenta en la cara anterior de la rodilla seguramente se tratará de una tendinopatía del tendón rotuliano. Esta tendinopatía suele darse en aquellos deportistas que realizan deportes que impliquen saltos repetidos como en el voleibol o baloncesto.
En cambio, si el dolor aparece en la parte medial de la rodilla, sospecharemos de la tendinopatía de la pata de ganso. Esta tendinopatía se caracteriza por la inflamación de los tendones de los músculos sartorio, recto interno y semitendinoso. Estos tres tendones se insertan en la parte antero-interna de la tibia y se suelen irritarse en deportes que impliquen cambios de dirección o en aquellas personas que presentan un valgo (hacia dentro) de rodilla.
Por último, si el dolor se presenta en la parte posterior del muslo el tendón que más se suele afectar es el tendón del bíceps femoral. Esta tendinopatía se suele dar en deportes que impliquen aceleraciones, deceleraciones y cambios de dirección como por ejemplo el fútbol.
El dolor de rodilla al andar o al realizar movimientos de rodilla puede ser causado por diferentes razones. Si el dolor ha aparecido después de un traumatismo o un mal gesto se sospechará de un esguince o de una contusión con derrame articular. En cambio, si el dolor ha aparecido progresivamente puede que se trate de una tendinopatía. En el caso de las tendinopatías el dolor aparece al empezar a caminar o al levantarse de la cama, pero cuando se calienta el tendón desaparece el dolor. Por último, si el dolor empieza con la actividad y permanece durante la actividad sospecharemos de una bursitis o del síndrome de la cintilla iliotibial. En personas mayores de 50 años es posible que la causa del dolor sea la artrosis o la condromalacia.
Cuando la rodilla esta inflamada bien puede ser por haber recibido un traumatismo o por una enfermedad inflamatoria.
Cuando se recibe un golpe sobre la rodilla o se realiza un mal gesto es normal que la rodilla se inflame. En estos casos lo más conveniente es seguir el método PRICE por sus siglas en inglés:
Proteger: vendar la zona lesionada mediante vendajes funcionales o kinesiotape para evitar posibles daños en el área lesionado.
Reposo: evitar la carga y el movimiento del área lesionado para evitar que la rodilla siga inflamándose.
Hielo: aplicar frío en la zona durante 15-20 minutos dejando 1-2 horas entre las sesiones para que recupere su temperatura normal la rodilla. Se aplica varias veces al día.
Compresión: realizar una compresión en el área lesionado mediante un vendaje para que la inflamación no se expanda. Cuidado con poner la venda demasiada apretada, ya que puede provocar problemas circulatorios.
Elevación: mantener la rodilla elevada por encima del nivel del corazón para ayudar a reducir la inflamación
Estas lesiones normalmente suelen producirse en sujetos jóvenes y activos. Pero también pueden pasar en sujetos de cualquier edad y sexo al realizar las actividades de la vida diaria.
En cambio, las enfermedades inflamatorias suelen presentarse a partir de los 50 años. En el caso de la artritis la inflamación de la rodilla se puede apreciar desde el principio, mientras que en la artrosis la rodilla en un principio no se inflama. Con el tiempo el cuadro clínico de la artrosis empeora y puede inflamarse la rodilla. Los episodios de gota o de lupus también pueden provocar la inflamación de la rodilla.
Por último, cabe mencionar que entre los niños de 11 y 15 años la principal causa de inflamación de rodilla suele ser la enfermedad de Osgood Schlatter.
El dolor de rodilla al correr puede ser causado por diferentes lesiones, pero hay una lesión que se conoce como el síndrome del corredor o rodilla del corredor. Se trata del síndrome de la cintilla iliotibial. La cintilla iliotibial es el tendón largo del músculo tensor de la fascia lata que se inserta en el cóndilo lateral de la tibia (Tubérculo de Gerdy). Al realizar la flexo-extensión de rodilla esta cintilla roza de manera repetida con el cóndilo femoral externo produciendo una inflamación de la cintilla. Este roce repetitivo produce dolor y sensación de quemazón al realizar actividades que impliquen flexo-extensiones de rodilla como correr.
El dolor de rodilla al subir o bajar escaleras es muy común en las lesiones de rodilla. Dependiendo del tipo y la ubicación del dolor podremos sospechar de una u otra lesión. Si el dolor es profundo y difuso es probable que haya alguna afectación del menisco o del cartílago que al subir o bajar escaleras comprime la zona lesionada produciendo dolor. Por el contrario, si el dolor es más superficial y localizado seguramente se tratará de una tendinopatía o bursitis, donde el movimiento de flexo extensión de rodilla y la activación de la musculatura para subir o bajar las escaleras produce el dolor.
Por otro lado, puede ser por un tema nervioso que con la actividad se intensifica el dolor. En estos casos el dolor suele ser punzante y se puede seguir el recorrido del dolor con el dedo.
Por último, por la disminución de la irrigación a la pierna por la enfermedad arterial periférica. En este caso el paciente siente calambres e incapacidad para seguir caminando con la necesidad de parar para recuperarse. Esto se suele dar a partir de los 50 años en personas fumadoras y con sobrepeso.
El dolor de rodilla en reposo o al permanecer en posiciones mantenidas suele estar relacionado con problemas del cartílago. Cuando hay una rotura o degeneración del cartílago las posiciones que comprometen la parte lesionada del cartílago producen dolor. Por ejemplo, al mantener la rodilla flexionada a 90 grados al estar sentado puede estar comprimiendo sobre el área lesionado del cartílago provocando dolor y la necesidad de levantarse o cambiarse de postura. Lo mismo pasa al estar durante mucho tiempo de pie sin moverse.
Por otro lado, puede ser por un tema nervioso que con la actividad se intensifica el dolor. En estos casos el dolor suele ser punzante y se puede seguir el recorrido del dolor con el dedo.
Por último, por la disminución de la irrigación a la pierna por la enfermedad arterial periférica. En este caso el paciente siente calambres e incapacidad para seguir caminando con la necesidad de parar para recuperarse. Esto se suele dar a partir de los 50 años en personas fumadoras y con sobrepeso.
El tratamiento para el dolor de rodilla suele ser eficaz una vez identificada tu lesión.
Para saber cuál es tu lesión te recomendamos hacer uso de nuestra inteligencia artificial para evaluar tus síntomas y así poder aplicar un tratamiento específico en la recuperación de tu lesión consiguiendo los mejores resultados.
Las técnicas para la recuperación más aplicadas son las siguientes:
REPOSO:
Dejar que el tiempo cure la lesión no suele ser la mejor opción. Aunque el reposo es fundamental, hay que combinarlo con alguna otra técnica para que la lesión se recupere correctamente, ya que, sin un tratamiento específico, el tiempo de recuperación se alarga y pueden surgir complicaciones que derivan en dolores crónicos.
MEDICACIÓN:
La medicación es otra forma de disminuir el dolor, pero no te va a aportar ninguna mejora más allá. Aunque puede ser eficaz para los procesos inflamatorios y analgésicos, una lesión hay que abordarla desde diferentes puntos de vista trabajando mediante ejercicios y terapia manual.
FISIOTERAPIA:
La fisioterapia es la forma más completa para afrontar este tipo de lesiones. Sus técnicas aparte de aliviar el dolor y disminuir tus síntomas, ofrecen ejercicios personalizados para fortalecer la musculatura, asegurar una recuperación completa y prevenir futuras lesiones.