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La rotura de fibras de los aductores o desgarro muscular es una lesión común en deportistas cuyo deporte implique aceleraciones, deceleraciones o cambios de dirección. Estas roturas suelen estar causadas por diferentes razones entre las cuales se encuentran: contracción brusca del músculo, elongación excesiva o esfuerzo que supera la capacidad del músculo.
La musculatura aductora de la cadera está formada por cinco músculos, pero principalmente son tres los que se ven afectados en las roturas de fibras: el aductor mayor, el aductor largo y el aductor corto.
Estos músculos están formados por fibras musculares, estas fibras contienen la unidad funcional del músculo denominado sarcómero que es el responsable de la contracción muscular.
Cuando hay una lesión de estas fibras, dependiendo de la magnitud y de la cantidad de fibras dañadas se distinguen 3 grados de lesión:
Grado 1: lesión leve, menos del 5% del espesor total del músculo. El paciente refiere dolor sin determinar un punto preciso. Recuperación 1-2 semanas.
Grado 2: compromete más del 5%, son las típicas roturas musculares y puede existir un hematoma. Recuperación 3-4 semanas.
Grado 3: desgarro completo, compromete el vientre muscular por completo. Dependiendo de la zona y del músculo tratamiento quirúrgico Recuperación más de 6-8 semanas.
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Para aliviar los síntomas sigue los siguientes consejos:
La recuperación de la rotura de fibras de los aductores suele ser buena sin ningún tratamiento adicional. Dependiendo de la magnitud de la lesión la reparación del tejido dañado se recupera en unas semanas. La cuestión es que esa recuperación del tejido sin un tratamiento de fisioterapia suele ser totalmente de cicatrización.
El tejido que se forma es un tejido cicatricial que no tiene las mismas características de un tejido muscular, por lo que se ve alterado la elasticidad y fuerza del músculo favoreciendo la recidiva de la lesión. Por ello, es importante ponerse en las manos de profesionales cualificados donde mediante diferentes técnicas intentaran recuperar el tejido dañado, favoreciendo la regeneración del tejido muscular para que tenga unas buenas caracterizas fibrilares y así, evitar futuras lesiones.