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Las fascitis plantar se caracteriza por la inflamación de la fascia plantar. La fascia plantar es una estructura fibrosa situada en la planta del pie que va desde el talón hasta los dedos. La inflamación de dicha fascia provoca dolor y enrojecimiento en la planta del pie. Este dolor suele exacerbarse por la mañana al levantarse por la rigidez de la fascia y también al realizar ejercicio físico.
La fascia es una estructura fibrosa y elástica situada en la planta del pie, se origina en el calcáneo y se inserta en la zona metatarsal. Esta fascia nos proporciona diversos beneficios a la hora de caminar como ayudar a mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía en el impacto del pie contra el suelo o proteger los metatarsianos.
La fascitis se produce cuando existe una inflamación de esta fascia por diferentes razones. Esta inflamación se suele dar normalmente a la altura donde la fascia.
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En 2 minutos puedes evaluar tus síntomas con nuestra tecnología para saber la causa de tu dolor.
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Para aliviar los síntomas sigue los siguientes consejos:
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En las primeras fases de la lesión es imprescindible realizar reposo para aliviar el dolor y evitar empeorar la lesión.
En la primera fase de la lesión la aplicación del hielo está indicada para controlar la inflamación y aliviar el dolor.
Es recomendable realizar estiramientos de la fascia plantar para conseguir que se relaje y disminuir así la tensión.
Automasajear la planta del pie mediante un rodillo, una pelota o una botella congelada ayuda a relajar la fascia y bajar la inflamación.
Los estiramientos de la cadena posterior están indicados para relajar la musculatura de los gemelos y soleo y disminuir la tensión que sufre la fascia.
Los ejercicios de fortalecimiento de la musculatura profunda de la planta del pie están indicados para mejorar la pisada y disminuir el trabajo de la fascia.
Es recomendable realizar un estudio biomecánico para valorar las alteraciones en la pisada y si es necesario hacer unas plantillas personalizadas.
Evita el calzado que amortigua poco o zapatos de tacón, ya que ejercen más carga y presión sobre la fascia.
En los primeros días de lesión evita realizar ejercicio que implique impactos repetidos, ya que puede empeorar la lesión.
Al retomar las actividades deportivas empieza con actividades menos exigentes y menor impacto, para ir progresando con el tiempo.
La fascitis plantar, aunque no sea una lesión grave puede llegar a interferir en las actividades de la vida diaria. Además, si no se trata adecuadamente puede progresar a un cuadro clínico peor llegando a provocar un espolón calcáneo. Para evitar esto es recomendable acudir a un centro de fisioterapia especializado.
En el valorarán la magnitud de la lesión y si existe alguna otra lesión de los tejidos adyacentes. Además, realizarán el tratamiento correspondiente en cada caso recortando los tiempos y mejorando la calidad de la recuperación. Asimismo, tratarán de buscar la causa de la lesión para tratarla y evitar futuras recidivas.
Técnicas para aliviar y controlar el dolor
Ejercicios de fortalecimiento
Estiramientos
Técnicas para relajar la fascia
Técnicas para relajar la musculatura implicada
Masaje transverso profundo
Ultrasonidos
Indiba
TENS
Ondas de choque
Vendaje neuromuscular
