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El dolor de pierna es una de las dolencias más comunes a nivel mundial, y puede deberse a diferentes factores, como por ejemplo calambres musculares. Puede ocurrir en diferentes zonas de las piernas, pero identificando los síntomas y brindando un tratamiento oportuno es posible eliminar esta dolencia.
Hablando en un sentido amplio, cuando nos referimos al dolor de pierna hacemos alusión a cualquier dolor que se presenta en uno o ambos miembros inferiores. Ya que la pierna abarca desde el muslo hasta el pie, también existen diferentes dolores de pierna, los cuales se diferencian entre sí en función de la zona donde se localicen.
En este sentido, podemos tener dolor de muslo, dolor de rodilla y dolor de pantorrilla. Estos dolores pueden originarse por causas similares, pero lo que varía es el punto donde está localizado el dolor.
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Los síntomas del dolor de pierna pueden variar levemente, dependiendo del tipo de dolor que se padezca y el motivo por el cual haya sufrido dicho dolor. Los más frecuentes incluyen:
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Este dolor suele ser causado por un movimiento brusco, movimientos repetitivos, un accidente, una postura inadecuada o por falta de actividad física. Siendo más específicos, las causas más comunes suelen ser las siguientes:
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Un buen diagnóstico es determinante para poder aplicar el tratamiento correcto y así conseguir una recuperación al 100%. Para ello, mediante la tecnología existente hoy en día, el diagnóstico de las lesiones cada vez es más preciso ofreciendo un tratamiento de mejor calidad. Puedes hacer uso de esta herramienta para evaluar tus síntomas y descubrir tu lesión.
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Antes de aplicar cualquier tratamiento es fundamental identificar el tipo de dolor de pierna que se padece y qué lo originó. Solo así se puede garantizar la efectividad del tratamiento y se puede prevenir la reaparición del dolor. Una vez identificado, se puede aplicar tratamientos como reposo, medicación y aplicación de fisioterapia.
En muchos casos, el reposo no es la mejor alternativa para tratar un dolor de pierna. A pesar de que descansar es fundamental para garantizar una completa recuperación, es necesario que se combine el reposo con un tratamiento más específico. Si no se hace esto, la recuperación puede tomar bastante tiempo, sin mencionar que el dolor puede convertirse en una afección crónica y dar origen a otras complicaciones.
Con todo esto, no cabe duda que el tratamiento más efectivo para el dolor de pierna es la fisioterapia.
La fisioterapia está evolucionando y cada vez más estudios afirman que la recuperación activa es una forma eficaz para tratar esta lesión. Los ejercicios terapéuticos tienen que ser la base del tratamiento y la terapia manual un complemento para una mejor recuperación.
De todos modos, si el dolor prevalece, acudir a un especialista (traumatólogo, médico…) sería la opción más sensata.
Para aliviar y mejorar los síntomas del dolor de pierna, te recomendamos aplicar tratamiento inmediato. Solo así podrás prevenir que los síntomas se agraven hasta el punto de influir negativamente en tu vida.
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Entre que te recuperas y desaparece el dolor, se pueden realizar estiramientos suaves dirigidos a la zona de la dolencia, pero evita hacer ejercicios, realizar movimientos bruscos y permanecer mucho tiempo sentado o acostado.
Para aliviar el dolor de forma inmediata, mientras esperas la atención de un fisioterapeuta profesional, puedes aplicar compresas frías o calientes en la zona.
También existe la posibilidad de tomar medicamentos. Sin embargo, los fármacos están formulados para aliviar el dolor y disminuir la inflamación. Por eso, ellos no te van a aportar beneficios adicionales que ayuden a fortalecer los músculos y prevenir la reaparición de la dolencia.
Las técnicas de fisioterapia están especialmente diseñadas no solamente para aliviar el dolor, sino para disminuir los síntomas asociados. Con esta terapia observarás una sorprendente mejoría, sin mencionar que tus músculos serán fortalecidos para prevenir la reaparición futura del dolor de pierna.
En este sentido, entre los principales beneficios de este tratamiento destacan:
Produce alivio del dolor, gracias a que relaja el músculo afectado.
Incrementa la movilidad de las articulaciones en la zona.
Reduce la inflamación.
Mejora el proceso de circulación de la sangre, fomentando la rápida recuperación de los tejidos.
Disminuye la probabilidad de que el dolor de pierna vuelva a aparecer.
