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El dolor de codo es un síntoma cada vez más frecuente en la sociedad de hoy en día. Esto se debe a los cambios en el estilo de vida y las actividades laborales que implican posturas mantenidas o movimientos repetitivos de la articulación causando diversas patologías de codo. El codo aunque a primera vista resulte una articulación simple y sencilla, sus dolores son difíciles de identificar y diagnosticar.
Un buen diagnóstico es determinante para poder aplicar el tratamiento correcto y así conseguir una recuperación al 100%. Para ello, mediante la tecnología existente hoy en día, el diagnóstico de las lesiones cada vez es más preciso ofreciendo un tratamiento de mejor calidad. Puedes hacer uso de esta herramienta para evaluar tus síntomas y descubrir tu lesión.
Si sientes dolor de codo al apoyarlo sobre una mesa o en alguna superficie rígida, una de las lesiones más frecuentes es la bursitis de codo. Las principales causas de la lesión son: pasar mucho tiempo con los codos apoyados, haber sufrido microtraumatismos repetidos o algún traumatismo sobre el codo. Por otra parte, otra de las causas de la bursitis pueden ser los procesos infecciosos. En todo caso, es importante tener en cuenta otras patologías de codo que presentas la misma sintomatología como: fractura de humero, subluxación de codo o una fisura de cúbito/radio.
Otro síntoma muy común es sentir debilidad o dolor en la zona del codo a la hora de cerrar tu mano en acciones como abrir un bote, dar la mano o coger una silla. Este síntoma va muy ligado a una sobrecarga muscular y posterior inflamación del tendón (tendinitis). Por lo que seguramente tu dolor sea por una epicondilitis o epitrocleitis de codo.
El dolor al tocar en la parte posterior del codo, se suele relacionar con una bursitis olecraniana, que consiste en una inflamación de la bolsa sinovial situada en la parte posterior del codo.
El dolor al tocar en la parte interna del codo puede ser por una inflamación de los tendones de la musculatura flexora del antebrazo conocida como epitrocleitis.
El dolor al tocar en la parte externa del codo puede ser por una inflamación de los tendones de la musculatura extensora del antebrazo conocida como epicondilitis.
El dolor al flexionar el codo puede ser producido por distintas razones. Por una parte, si tu actividad laboral o deportiva implica movimientos repetidos de flexión de codo puede ser por una tendinitis distal del bíceps o una epitrocleitis. Por otra parte, si tu dolor al flexionar el codo ha aparecido después de un traumatismo o golpe puede ser por una subluxación o fractura.
Si sientes un dolor intenso al tocar el hueso del codo puede ser ocasionado por una fractura. Si el dolor es insoportable y aparece un hinchazón es recomendable acudir a un centro médico para que realicen las pruebas pertinentes.
El dolor en la parte interna del codo es el síntoma principal de la epitrocleitis. Está lesión se caracteriza por una inflamación del tendón (tendinitis) que produce dolor irradiado al antebrazo. El dolor suele empeorar con acciones como flexionar la muñeca, presionar en la zona interna del codo o agarrar un objeto. Además, puede que sientas sensación de adormecimiento u hormigueo en el antebrazo.
El dolor en la parte externa del codo es el síntoma principal de la epicondilitis. Es una inflamación del tendón (tendinitis) que suele ser producida por un sobreuso de los músculos extensores de la muñeca. Estos músculos se sobrecargan con actividades repetitivas que involucren movimientos del antebrazo, muñeca y mano.
El dolor en la parte posterior del codo suele ser por una inflamación de la bolsa sinovial (bursitis) situada en la zona posterior del codo. Suele producir dolor al apoyar los codos así como en la flexión y extensión del codo. En casos de una bursitis por infección suele aparecer una inflamación y enrojecimiento del codo.
El tratamiento para el dolor de codo suele ser eficaz una vez identificada tu lesión.
Para saber cuál es tu lesión te recomendamos hacer uso de nuestra inteligencia artificial para evaluar tus síntomas y así poder aplicar un tratamiento específico en la recuperación de tu lesión consiguiendo los mejores resultados. Las técnicas para la recuperación más aplicadas son las siguientes:
REPOSO:
Dejar que el tiempo cure la lesión no suele ser la mejor opción. Aunque el reposo es fundamental, hay que combinarlo con alguna otra técnica para que la lesión se recupere correctamente, ya que, sin un tratamiento específico, el tiempo de recuperación se alarga y pueden surgir complicaciones que derivan en dolores crónicos.
MEDICACIÓN:
La medicación es otra forma de disminuir el dolor, pero no te va a aportar ninguna mejora más allá. Aunque puede ser eficaz para los procesos inflamatorios y analgésicos, una lesión hay que abordarla desde todos los puntos de vista trabajando mediante ejercicios y terapia manual.
FISIOTERAPIA:
La fisioterapia es la forma más completa para afrontar este tipo de lesiones. Sus técnicas aparte de aliviar el dolor y disminuir tus síntomas, ofrecen ejercicios personalizados para fortalecer la musculatura, asegurar una recuperación completa y prevenir futuras lesiones.