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Hoy en día, en la sociedad que vivimos, la dorsalgia ha afectado a más de la mitad de la población en algún momento de su vida. Por ello, cada vez se escucha a más gente hablar del dolor dorsal o dorsalgia.
El dolor dorsal o dorsalgia es un dolor que afecta a las estructuras situadas en la zona media de la espalda que en la mayoría de los casos está relacionado con contracturas musculares o hipomovilidades de la columna dorsal. Las causas más frecuentes son posturas inadecuadas en las horas de trabajo como en el caso de los oficinistas, en las actividades diarias o una temporada de estrés que pone en tensión la musculatura dorsal ocasionando una sobrecarga de la musculatura.
Los síntomas más habituales son el dolor que aparece justo entre las escápulas y la sensación de rigidez de la columna al doblarte hacia delante; en episodios más fuertes de dolor, puede haber dificultad para respirar. En la mayoría de los casos, los síntomas disminuyen al mantener la presión en la zona dolorosa. También es importante descartar alteraciones estomacales ya que una irritación del estómago se puede manifestar como dolor dorsal.La causa del dolor puede variar muchísimo entre las personas, por eso es importante identificar la causa del dolor.
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El dolor de espalda media puede ser causado por una deformidad estructural como el dorso plano, cifosis o una escoliosis. Estas personas son más susceptibles a padecer dolor de espalda media ya que las deformidades hacen que haya una mayor carga en un segmento de la columna que en la otra, generando puntos gatillos o contracturas musculares en la musculatura dorsal.
El dolor de espalda media al caminar se asocia a una debilidad de la musculatura de la columna. En los casos donde hay una debilidad muscular, con una actividad tan sencilla como la de caminar, puede generar una contractura en la musculatura ya que la musculatura no se activa correctamente. Otra consideración a tener en cuenta es el tipo de calzado utilizado para caminar. Hay que tener en cuenta que el tipo de calzado es muy importante, ya que si utilizamos zapatos con tacones, la espalda queda arqueada y en consecuencia hay más presión sobre las vértebras.
La espalda es una zona muy sensible a los cambios de nuestro día a día. Es decir, si últimamente hemos sufrido de estrés o de ansiedad, el cerebro lo va a reflejar en nuestra columna vertebral. El dolor de espalda media al dormir se debe a un punto gatillo (contractura muscular) de la musculatura dorsal. El dolor en la zona media de la espalda puede dificultar el sueño ya que puedes tener dificultades para encontrar una posición que no te duela a la hora de dormir empeorando la calidad del sueño. Una de las causas puede ser el tipo de colchón, por ello se recomienda dormir en un colchón relativamente duro. Para aliviar el dolor al dormir de lado, puedes colocar una cojín entre las piernas.
Una mala postura de la columna al estar de pie puede conllevar a un dolor en la zona media de la espalda, ya que la mala alineación de la espalda puede hacer que cargues más peso en una parte de la columna que en otra y en consecuencia sobrecargar la musculatura dorsal. Este dolor con el paso del tiempo, en vez de mejorar, se mantiene o incluso se empeora. En el caso de que tengas que cambiar de postura regularmente al estar de pie, lo más probable es que sufras de debilidad muscular. En vez de echar todo el peso a una sola pierna, mantén las dos piernas apoyadas para distribuir mejor la carga.
Si sientes dolor al estar sentado, seguramente tu postura a la hora de estar sentado no sea la adecuada, esto puede derivar en una contractura del romboides o de los erectores de la columna. Intenta mantener la postura erguida, con el pecho echado hacia delante, los hombros hacia atrás, los codos apoyados en el reposabrazos, la columna apoyada en el respaldo y los dos pies apoyados en el suelo. Si estás sentado en el sillón, intenta no dejarte caer en el sofá, intenta mantener la postura correcta.
El dolor de espalda media al respirar en la mayoría de los casos proviene por un punto gatillo (contractura muscular) de la musculatura intercostal o por una hipomovilidad de la caja torácica. Las causas más frecuentes son los accidentes de tráfico, catarros prolongados en el tiempo o estornudos continuos que conllevan a una sobrecarga del músculo intercostal.
El dolor del dorsal ancho se localiza justo por debajo de la escápula que puede doler en todo el recorrido del brazo. Las personas más propensas a sufrir de dolor del dorsal ancho, son personas deportista que practican la escalada, la natación o remeros. También puede generarse el dolor al intentar dejar un objeto en una estantería o armario.
Aunque el dolor dorsal derecho puede ocasionar un punto gatillo del dorsal ancho, puede que el origen del dolor sea visceral. Por ejemplo en el caso que tu dolor sea en el dorsal derecho, puede que haya un proceso inflamatorio de la vesícula biliar o una afección del páncreas.
Tal y como hemos comentado en el apartado anterior, el dolor dorsal normalmente lo produce el punto gatillo del mismo músculo aunque el origen puede variar. En el caso del dolor dorsal izquierdo, puede que sea el bazo quien produzca el dolor entre la última costilla y la pelvis
El tratamiento para el dolor dorsal suele ser eficaz una vez identificada la lesión.
Para saber cuál es tu lesión te recomendamos hacer uso de nuestra inteligencia artificial para evaluar tus síntomas y así poder aplicar un tratamiento específico en la recuperación de tu lesión consiguiendo los mejores resultados.
Las técnicas para la recuperación más aplicadas son las siguientes:
REPOSO:
Dejar que el tiempo cure la lesión no suele ser la mejor opción. Aunque el reposo es fundamental, hay que combinarlo con alguna otra técnica para que la lesión se recupere correctamente, ya que, sin un tratamiento específico, el tiempo de recuperación se alarga y pueden surgir complicaciones que derivan en dolores crónicos.
MEDICACIÓN:
La medicación es otra forma de disminuir el dolor, pero no te va a aportar ninguna mejora más allá. Aunque puede ser eficaz para los procesos inflamatorios y analgésicos, una lesión hay que abordarla desde todos los puntos de vista trabajando mediante ejercicios y terapia manual.
FISIOTERAPIA:
La fisioterapia es la forma más completa para afrontar este tipo de lesiones. Sus técnicas aparte de aliviar el dolor y disminuir tus síntomas, ofrecen ejercicios personalizados para fortalecer la musculatura, asegurar una recuperación completa y prevenir futuras lesiones.